Por eso y porque, sinceramente, pienso que no lo necesito solo hice dieta una vez en mi vida y fue para comprobar por qué el señor Dukán se había convertido en el libro de ficción más vendido no solo de España sino también, y que yo sepa, de Francia. ¡De casi me da algo! Dejé la dieta no solo porque yo me veía igual todos los días, sino porque soy miembro del jurado de Cortadores de Jamón del Salón Internacional de Gourmets así que ¿cómo puedo dejar mis funciones por una dieta?
Pero hoy hablo de dietas porque quiero hablar de un amigo. Se llama Chema de Isidro y es no solo un queridísimo compañero de batallas culinarias, un excelente cocinero (La Bella Lola. Madrid), profesor en mi escuela de cocina A PUNTO, sino también -y creo que esto es lo más importante- una maravillosa persona. Así es mi Chema.
Pues hace unos meses que se embarcó en su primera aventura bibliográfica, Roca Editores (Planeta) le pidió que hiciera un recetario sencillo y muy saludable. Dijo que sí. Mi Chemita pocas veces dice que no. Y se puso a diseñar un libro que a mi parecer es sensato...o eso creo, lo que sí tengo seguro es que los que hagan estas recetas no caerán en una triste depresión delante de solitario filete de pollo a la plancha.
Antes de entregar el original me llamó y me pidió un texto para cerrar su libro, un relato que hablara de las fiestas navideñas, de los festines en familia. Al día siguiente le mandé mi 'Chin Chin' (así se llama mi historia para Chema) que está incluido (junto con otro texto de mi -de nuevo- querida Ana Lorente) en su libro La Dieta de la Proteína, que ya está en mi librería y que os puedo asegurar está escrito con mucho corazón, el corazón de este pedazo de amigo y chef.
¡Feliz dieta!
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