viernes, 21 de octubre de 2011

¿Quién se puede sentir más escritor: un novelista o un poeta?





"Hazme una señal cuando regreses / y dejen de resonar lejos las pisadas. / Qué ocurrencia, asomarme a ti / cruzando al galope una manada de caballos salvajes / tus ojos" Busco en estos versos y en todos los que componen Retorno de la Voz (Ed. Vitruvio) de mi amigo querido David Morello Castell un poco de aliento ante tanta emoción que me producen sus versos. He aquí un poeta, una voz nueva, un ser en verso que creo va a decir mucho en estos años inciertos que se nos aproximan. No es amor de amiga -que lo tengo- sino el reconocimiento de un escritor joven con una sensibilidad arropada por las palabras bien elegidas, precisas y bellas, colocadas en el lugar justo, en el verso idóneo...
Hace unos días hablábamos en una terracita de Malasaña, dejándonos abrasar por este raro sol de Otoño, sobre novelistas y poetas. ¿Qué es más complicado escribir un verso o dar forma a una novela? ¿Quién se puede sentir más escritor: un novelista o un poeta? Hay charlas que merecen una vida... 




Meses atrás, antes de que llegara el verano, otra amiga querida, Yanet Acosta presentaba en A PUNTO su libro El Chef ha muerto (Ed. Amargord). Compré su libro (claro!!! los libros de los amigos hay que comprarlos) y me lo leí en el tiempo que duró un viaje a Asturias en autobús. Ayer Yanet me recordó que hace tanto que no nos vemos que ni siquiera le había dicho qué me había parecido su libro. Así que ahí va: conozco a Yanet desde hace años. Somos compañeras de profesión, amigas de barra, soñadoras a pie de plato, cómplices de noches largas. Sabía de su buen hacer como periodista gastronómica, como profesora de Universidad, pero aún no había degustado sus palabras como cuentista y novelista. Tengo que decir que El Chef ha muerto es un fantástico libro, bien estructurado, de personajes serenamente dibujados. Es una novela divertida, amena, que nos ayuda a desaparecer durante unas horas del lugar donde estemos, que nos invita a viajar a través de las palabras impresas. Un ser llamado Ven Cabreira al que acabas cogiendo cariño a la par que un cierto desprecio... ¡así es la vida! 
Pero voy a añadir más sobre mi polifacética amiga: Carlos Salem me regaló un libro llamado La Vida es un Bar -cuentos de noche- Malasaña (Ed. Amargord) se trata de un librito de cuentos donde varios autores escriben sobre este barrio madrileño y lo que ocurre en sus barras canallas. Entre todos esos autores también está Yanet y tengo que decir que su cuento, Vainilla o Madera, además de salvajísimo, me parece buenísimo. 

Así me quedo, con la dualidad: ¿Poeta o novelista-narrador? ¿Quién se puede sentir más escritor? ... Creo que me voy a abrir un vino.


Ah, por cierto, David presenta su poemario, bellísimo regalo para sus mayores padres, el próximo día 9 de noviembre en el Café Comercial de Madrid. Por la tarde, ya os diré hora. Estaré allí, claro, lagrimeando orgullo. 





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