jueves, 16 de abril de 2009

Historias de un parque sobrenatural... Cabo de Gata


Cabo de Gata tiene ese orden desordenando que sólo se entiende al meterse en él. Entonces se comprende el porqué de sus torcidos pitacos adornando un rudo paisaje, el porqué de sus retorcidas chumberas, el porqué de su cambiante viento, el porqué de la parsimonia de los almerienses, el porqué...

Dejando atrás el asfixiante mar de plásticos, se llega a la esencia bellísima de este Parque. Esa nada sólo interrumpida en su interior por pueblitos de casas de adobe blanco y puertecitas pintadas de amarillo o azul, su gente de rostro arado por el sol, sentados a ras de unas carretas que ayer no existían, y, al fondo, un mar que parece estar por encima de la tierra. Un paisaje lunar que, hasta hace bien poco, no sabia de leyes. Alguien, con acierto, lo llamó 'parque sobrenatural'. (Continúa)

1 comentario:

Sin identidad dijo...

¿El último reducto rebelde de la costa española? un lugar mágico, no apto para todos los públicos, que atrapa a una comunidad de expatriados urbanos que han encontrado su lugar en este mundo, a veces perfectamente integrados en el medio, a veces construyéndose sus propios paraisos.