Wake Up!
El cuerpo, una patera desnuda, flotando en una colchoneta de sal. Sordo de aire, atento al rugir del estómago del océano. Un cuatro por cuatro latente, como un canto de monjes al amanecer. Llegan a la orilla espumando las arenas volcánicas, dejando huellas efímeras.
Hoy sopla el viento con tanta intensidad como el cortejo de las chicharras de puesta de sol.
El cuerpo sonrosado de fuego de desierto.
El pelo anudado por la arena.
Los ojos perdidos en un horizonte de mar, sorteando la brisa de
Eolo enfurecido.
Hipnótico desierto.
Un chapuzón de calma para un cuerpo en alerta.
Se despereza con calma.
Comienza a calentar la orilla, a aventar las olas.
Llegan los bronceados perfumados.
Es hora de preparar el desayuno.