miércoles, 12 de noviembre de 2008

El cómic que ha revolucionado el mundo del vino



"Durante años hemos probado todo tipo de cosas, hemos dedicado presupuestos a la promoción, hemos intentado tentar a la juventud francesa y al resto de la europea para que se interesaran por el mundo del vino (...) sin demasiado éxito. Y parece que todo eso que buscábamos se encuentra en el manga (...) capaz de explicarlo todo de una forma más simple, más natural". Es el prólogo de Philippe Bourguignon (mejor sumiller de Francia, 1978) al número 2 de Les gouttes de Dieu (Glénat), el manga que arrasa en Francia, que dispara las ventas de cualquier vino que menciona y que ha interesado a generaciones de franceses en los misterios del vino.

La historia empieza en Japón. Tadashi Agi (seudónimo de Sjavascript:void(0)hin Kubayashi) y su hermano Yuko, propietarios de una de las mejores bodegas del país (con más de 3.000 botellas aseguradas frente a terremotos) deciden unir afición y trabajo. Así nace Shizuku Kanzaki, un hombre que descubre los placeres del vino mientras afronta la muerte de su padre, enfrentándose además a su hermanastro, un malvado sumiller que no duda en hundir a quienes no son de su agrado. Todo por un legado: la propiedad de la bodega familiar, que, como es lógico, no tiene parangón.

Lo que no imaginaban los hermanos Kubayashi es que su personaje iba a trastornar la cultura vinícola de su país, y de paso la de Corea del Sur, China y ahora Francia. Un ejemplo: el Chateuau-Mont Perat de 2001, descrito en una entrega del manga, vendió más de 20.000 botellas en un solo día en Japón. "Cualquier vino que aparece en Les gouttes de Dieu es inmediatamente incorporado a las bodegas de los mejores restaurantes del país", afirmaron diversos restauradores en Herald Tribune, que dedicó una portada al asunto.

El manga incluye en cada entrega una guía para descubrir los secretos del vino y ha sido alabado por su rigurosidad a la hora de tratar un tema complejo, transformándolo en algo que interesa por igual a adolescentes y adultos. De hecho, y para sorpresa de todos, un estudio de Les gouttes... revela que el grueso de sus lectores en Asia está entre los 30 y 50 años, convirtiéndose en uno de los primeros mangas en romper la barrera de edad (junto a Eagle, una excelente fábula política que remite a Obama).

Esta suerte de Falcon Crest con voluntad semienciclopédica, ánimo didáctico, viñedos en blanco y negro, impresionante imaginería, que apunta directamente al aficionado de base sin despreciar al entendedor, arranca con la búsqueda de los 12 apóstoles ("los doce mejores vinos del mundo", en palabras que el padre del protagonista desliza en su herencia). Y se lee a un ritmo endiablado, se disfruta como el buen vino y demuestra que las lecturas simplistas del fenómeno manga son fruto de otra época.
NOTICIA PUBLICADA EN EL PAÍS

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